OCHO AÑOS ES EL PLAZO QUE LAS AUTORIDADES DE ALTEA SE HAN MARCADO PARA REDUCIR SUS EMISIONES DE CO2,EN AL MENOS UN 40 %

Puede ser que este año esté marcando un antes y un después en el cambio que los ciudadanos debemos hacer en nuestro consumo energético para poder seguir disfrutando de las comodidades a las que estamos acostumbrados. Las continuas catástrofes naturales, el constante aumento del precio de las energías (luz, gas y petróleo principalmente) al margen de, o incluso además del Covid-19 (cuyo origen se especula se debe en gran parte al calentamiento de la tierra), están llevando a muchos municipios a replantearse su consumo energético mirando cada vez más hacia métodos más sostenibles con el medio ambiente.

Altea es uno de esos municipios alicantinos que se ha sumado a este ambicioso futuro. En un acto celebrado en la Casa de la Cultura se han presentado las actuaciones que se llevarán a cabo en los próximos años a través de las distintas comunidades energéticas, para que tanto las Pymes como las comunidades de vecinos puedan beneficiarse del ahorro y mejoras energéticas. Estas comunidades constituyen una figura jurídica que va a permitir a la Administración local y a los ciudadanos a producir y gestionar su propia energía, creando así una cierta independencia con respecto a las grandes redes nacionales. El objetivo se enmarca dentro del proyecto Altea Zero Emisiones y el objetivo es convertir a la Villa Blanca en referente como municipio sostenible y saludable.

Imagen de Altea, tomada desde el mar

José Orozco, Concejal de Medioambiente del Ayuntamiento de Altea, ha asegurado que para lograr el objetivo marcado en reducir las emisiones del pueblo en un 40% para el 2030 se han llevado a cabo estudios energéticos en los edificios y servicios públicos e “integrado medidas de mejora de la eficiencia energética en instalaciones y alumbrado, contando en la actualidad con un 100% de suministro con energías renovables en todos ellos”. Además, hace dos años se creó la Oficina Verde, que asesora a los ciudadanos para mejorar su eficiencia y su consumo.

En palabras de José Orozco, estas actuaciones se van a traducir en ahorros inmediatos de entre un 20% y un 30% lo que sin duda beneficiará al medio ambiente. Sin embargo, el concejal ha hecho hincapié en la importancia de la participación directa de los alteanos que contarán con bonificaciones en el IBI en cuanto se sumen al proyecto además de otros beneficios fiscales.

Otro punto destacado de este proyecto es la persecución de una movilidad sostenible. Para ello se va a proyectar una amplia creación de estaciones de recarga de coches eléctricos y fomentar la renovación del parque móvil con el fin de dejar a un lado el motor de combustión.

No cabe duda de que la meta que se han marcado los responsables del ayuntamiento de Altea para contribuir a salvaguardar el medio ambiente es muy ambiciosa. Sin embargo, la normativa europea ha fijado ya el rumbo para lograr la transición energética y no cabe duda de que el consumo de proximidad, en el más amplio de los sentidos, es esencial para contaminar lo menos posible.

Por Elisabeth Norell

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