Espectacular jornada de press trip la que tuvimos ocasión de vivir en este acogedor pueblo de la montaña alicantina con experiencias muy diversas: visita cultural por su casco histórico, aventura en buggy por las sierras, adrenalina vertiginosa en la pasarela del pantano y AOVEs de lujo en una almazara.
Relleu en valenciano significa “relieve”.
Sobran las palabras, pues, para definir la orografía y, por ende, la historia de este pequeño municipio del interior de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Baixa y a apenas 10 kilómetros del Mediterráneo en línea recta.
El pueblo es de origen musulmán y nace en torno a su castillo del siglo XII, rodeado por picos como el Cabeçó d’Or (1.207 m.), la Sierra de la Grana (1.112 m.) y la Sierra del Aguilar (889 m.) y cercano a Aitana y el Puig Campana.
Después de encadenar varias semanas de mal tiempo y borrascas, desde AAPET afrontábamos este press trip 25 de Anfitriones un sábado 22 de marzo con cierto desasosiego por lo que la climatología nos pudiera deparar, pero afortunadamente pudimos cumplir con todos los objetivos del programa elaborado con gran acierto por nuestras compañeras Alison Lorente y Llanos Arsenal, con la inestimable colaboración del Ayuntamiento de Relleu, Pasarela de Relleu, Buggys Relleu y la almazara Señoríos de Relleu.
Relleu a tutiplén, ya te digo.

Recepción en la casa consistorial
A las 9 de la mañana llegamos a la cita con Juan José Pérez Escoda, concejal de Turismo, que nos recibió en el Ayuntamiento con un desayuno de exquisitos dulces locales.
En una charla informal me contaba lo complicado que resulta afrontar proyectos en un humilde pueblo de poco más de 1.200 habitantes, peleando siempre por conseguir subvenciones que permitan mejorar la calidad de vida de los relleueros.
Precisamente la pasarela del pantano, que visitaremos más tarde, es el ejemplo perfecto que demuestra que proyectos atractivos como éste suponen un revulsivo para el turismo del pueblo y una reactivación de la economía local. Ya se han completado dos fases y se planea una tercera que cerrará una ruta circular por todo el contorno del imponente barranco.
Este espectacular recurso ha supuesto un antes y un después en el turismo de Relleu, aunque los más viejos del lugar piensan que antes vivían más tranquilos…
¡Está claro que nunca llueve a gusto de todos!

Un casco urbano con reminiscencias medievales
Susana Murciano, encargada de la oficina de turismo, nos ofrece un paseo guiado por el casco antiguo del pueblo que afrontamos recorriendo, bajo una fina lluvia intermitente y la frescoreta matinal de la montaña, sus bellas callejuelas empedradas, empinadas y estrechas.
Desde la calle de la Victoria bajamos hasta la calle dedicada al obispo García Antón, personaje histórico que vivió allí mismo, y desembocamos en la plaza Magistrat Soler, antigua Placeta de la Señoría porque en una de sus casas señoriales vivía el juez y, justo en la de enfrente, el notario. Precisamente esta Casa de l’Escrivá es hoy un alojamiento rural que conserva el mobiliario restaurado.
Desde esta plaza tenemos un agradable mirador desde el que podemos ver los restos de la fortaleza musulmana y la ermita de San Alberto y su vía crucis. En el entorno del castillo están la piscina municipal y una zona de acampada preparada también para caravanas.

La vida en Relleu musealizada
La siguiente parada nos lleva hasta la plaça de l’Ajuntament y el Museo Etnológico e Histórico, donde se ubicó la casa consistorial. Se trata de un edificio de 1793 que nos ofrece un recorrido a través del tiempo para conocer mejor la idiosincrasia del pueblo.

La primera planta acoge una primera sala en la que podremos ver una maqueta de la fortaleza original y sus posteriores modificaciones, así como restos arqueológicos desde la prehistoria hasta la época tardomedieval.
En otros espacios se muestran un sinfín de útiles de labranza, jarras, herramientas, la representación del interior de una casa típica de principios del siglo XX, objetos de la cultura relleuera y hasta el teléfono antiguo del ayuntamiento.
Sin duda la visita al museo nos hará comprender mejor cómo era el día a día de los pobladores en el siglo pasado y, a los que ya vamos pintando canas, muchos de los objetos nos recordarán nuestros añorados tiempos de infancia.



Acabamos el recorrido en la iglesia
La primera iglesia de Relleu se erigió en el año 1700 sobre el antiguo cementerio árabe y el pueblo se desarrolló alrededor de ella según el plano medieval.

Sin embargo, no es esta primera versión la que podemos contemplar hoy en día, ya que fue derribada a finales del siglo XIX para reconstruir la actual iglesia parroquial de Santiago Apóstol, acabada en 1931 con su campanario de 30 metros de altura que apreciamos en todo su esplendor desde la plaza del Sagrado Corazón de Jesús.
La última etapa de esta fugaz visita al casco histórico de Relleu nos permitió acceder a la iglesia, muy bien conservada y cuya nave principal está rematada con una bóveda de cañón.
En el altar mayor destacan las figuras de San Jaime a caballo y los Santos Cosme y Damián, pero seguro que la preferida de los relleueros es su patrona, la Mare de Deu del Miracle, cuya capilla encontraremos adosada a la iglesia.

Aventura motorizada por la montaña
Una vez marcado el check en la tarea del turismo cultural, nos dispusimos a dividir la comitiva AAPET en dos grupos: el primero con destino a la pasarela sobre el pantano de Relleu; el segundo a una divertida ruta en buggy.

Como yo elegí la primera opción, empezaré contando de oídas por la experiencia de mi compañera Cristina que me cuenta: “siete socios y socias pudieron disfrutar de una experiencia inolvidable con Buggys Relleu. Estuvieron recorriendo toda la montaña relleuera y admirando el complejo montañoso de los alrededores: la cara trasera del Cabeçó d’Or, el Puig Campana, la Sierra Aitana e incluso se podía divisar el Cabo de Santa Pola desde algunas de las elevaciones, rodeando la sierra de la Grana. Sin duda una experiencia de lo más enriquecedora a la vez que divertida”.
Por la cara que traían tanto Cristina como el resto de compañeros, doy fe de que se lo pasaron pipa.


Un verdadero reto para el vértigo
Cuando elegí la opción de la pasarela de la presa de Relleu, quizá no lo pensé bien.
O quizá no tenía toda la información.
O quizá fue una decisión más de corazón que de cabeza.
Sobre todo porque padezco de vértigo. De un nivel 9 sobre 10, más o menos.
Pero claro, no me quería echar atrás y lo tomé como un reto.
Si hay que ir, se va…

Así que elegimos la forma más rápida de llegar desde el pueblo al inicio del sendero: bajando en coche por un camino asfaltado hasta la zona de aparcamiento. Desde allí iniciamos el sendero de 1,5 kilómetros que nos llevará hasta la caseta de información en la que te dan un casco de protección y un rosario para rezar por la intercesión de la Mare de Déu del Miracle (esto último es una coña para olvidarme del vértigo).
Desde esta alta posición ya vemos la presa del antiguo pantano del siglo XVII, el barranco que le sucede y adivinamos los primeros tablones de madera que conforman la espectacular pasarela adosada a la ladera.

Impactante. Le llaman informalmente el Caminito del Rey de la Costa Blanca.
Son 850 metros de recorrido de ida y vuelta a través del voladizo desde el que se divisa la lámina de agua barranco abajo, a una altura de entre 60 y 20 metros, según el tramo.
Desafiando al vacío, comencé la ruta cual cabra montés, con una mano sujetando la cámara y la otra apretando, como si no hubiera un mañana, el cable metálico que hace de barandilla hacia el barranco. Y lo cierto es que comencé a disfrutar del recorrido.
Quizá la clave para vencer el vértigo es no mirar demasiado hacia abajo a través de los tablones, que ofrecen seguridad. Eso sí, es bueno parar de vez en cuando a divisar el paisaje, contemplar lo agreste del barranco, la lámina de agua en su base y respirar hondo para disfrutar del momento.

El primer tramo de la pasarela es bastante cómodo y culmina en un mirador colgado con suelo transparente, otro reto superado. El segundo tramo se hace un poco más incómodo con varios segmentos de escaleras que van bajando hasta un segundo mirador transparente que marca de momento el final de la pasarela.
En proyecto está continuarla para completar un recorrido circular, pero de momento hay que ir y volver por el mismo camino. Subir las escaleras de vuelta resulta un poco más exigente, pero nada que alguien sin demasiado fondo físico pueda superar.
¿La experiencia en la pasarela del pantano? Brutal. Espectacular. Adrenalítica.
Un excelente método para vencer el miedo a las alturas.


De variados olivares y ricos aceites
Después de la aventura, acabamos nuestra ruta de una forma más pausada pero muy enriquecedora: visitando la almazara Señoríos de Relleu en la Masía Teuladí, un proyecto muy personal del conocido farmacéutico Eliseo Quintanilla en una finca con un microclima especial donde conviven olivos de variedades autóctonas con otras importadas.

Eduardo Palacio, su director de marketing y ventas, nos ofreció una visita guiada especialmente valiosa para aprender la cultura del aceite: los olivos monumentales que se pueden apadrinar, las numerosas variedades plantadas en sus ricas tierras, el proceso de formación de las olivas y su recolección, cómo funcionaba la antigua almazara y el moderno sistema que se sigue hoy en día para obtener un aceite de oliva virgen extra de gran calidad que ha obtenido prestigiosos premios y se exporta a numerosos países.


La visita culminó con una cata que nos permitió reconocer sensaciones olfativas y gustativas de unos zumos de aceituna excepcionales con varios niveles de intensidad, orgánicos o el novedoso primer día de cosecha con la marca de Agatha Ruiz de la Prada.
¡Ah! Que no se me olvide decir que solo utilizan botellas de aluminio.
¿El porqué? Nos lo explicó Eduardo: el aceite tiene tres enemigos: la luz, el oxígeno y la temperatura. Y la botella de aluminio lo protege de los tres malvados.
Terminamos la jornada recreándonos con los distintos aceites maridándolos con un aperitivo de sabrosos productos locales, muestra del Mediterranean Lifestyle de esta zona. Gracias, Gabi y Ana, por vuestra amabilidad, y a Eduardo por su sabiduría y capacidad didáctica.

Y así pusimos fin a un día especial con actividades muy variadas, con descubrimientos sorprendentes y compartiendo calidad humana a raudales en un entorno maravilloso a diez kilómetros del Mediterráneo.
En Relleu, el meu poble i el teu.
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[…] Os dejo aquí el enlace al artículo que escribió para AAPET el compañero José Juan López Lafuente de la visita que realizamos dentro del programa ANFITRIONES: Relleu, el meu poble y el teu. […]