Monóvar 1924 – 2024
VIVIR ES VER VOLVER; Es ver volver todo en un retorno perdurable, eterno; ver volver todo…
Este nuevo año 2024 Monóvar es la capital cultural en nuestra Comunitat Valenciana. Un año especial que comienza…
En 1880, mi bisabuelo fundó las bodegas con su nombre; Bodegas “Juan Amorós” en Monóvar.
Él tenía 27 años, y toda la ilusión de haber nacido en una familia de agricultores vitícolas y con el contacto desde pequeño con el “truch”. El tatarabuelo cultivaba viñedos y como era costumbre, en toda casa agrícola en el Levante, era el tener un “truch” o lagar, con la crianza de vino de cosecha propia.
La bonanza económica llegó, gracias a la línea de ferrocarril de la compañía M.Z.A, que desde 1858 unía Madrid con la ciudad de Alicante y a las consecuencias de la filoxera en Francia, que hicieron que muchos vinateros franceses llegaran a nuestras tierras, por las excelentes condiciones para elaborar nuestra variedad monastrell y exportar por todo Europa y Norte de África.
La Bodega empezó a funcionar exitosamente y como transcribimos el recorte de prensa de 1924 por el director gerente Don Juan Sansano Benisa, del “DIA”, Diario de información de Alicante, con fecha 10 de septiembre 1924:
“Las famosas bodegas monoveras de Don Juan Amorós tienen una producción anual que oscila entre 5000 y 6000 bocoyes1 y la excelente calidad de los vinos es exportada y reconocida por numerosas plazas Españolas y Europeas. La solera la adquirió a los Hermanos Pérez Verdú “Los Mayorazgos” con el nombre de Solera Fundación 1881”
En aquellos años en Monóvar ya había numerosas Bodegas: Isidro Gran, Bodegas Bilbaínas, Salvador Amorós, Primitivo Quiles, Salvador Poveda, Cooperativa, y Juan Amorós.
El transporte se hacía con foudres.El foudre era un vagón de mercancías en el cual dentro había un barril muy grande de unos 15.000 litros. El llenado era muy laborioso y se hacía mediante viajes en carros llevando 3 pipas de 1800 litros cada viaje hasta completar el súper tonel del foudre.
Aquella prosperidad económica, hizo que hubiera una intensa vida cultural y social en Monóvar, Teatros, Casino Cultural, Periódicos y Vino mucho Vino.
Esa fiebre cultural de la época era el despertar de los felices años 20.
En 1924…como curiosidad para inaugurar el Teatro Kursaal de Monóvar actuó el tenor Miguel Fleta, cuando se encontraba en el apogeo de su carrera, y solicitado por los teatros de ópera más importantes de todo el mundo. Dos meses antes de su primera actuación en Monóvar, había debutado en el Metropolitan de Nueva York, así como Londres, Milán Paris, Buenos Aires…
Con todo, que actuase en una ciudad como Monóvar era algo insólito.
Se cuenta que fue una historia de Amor, parece ser que el empresario José Sempere, para dar el capricho a su mujer, que adoraba al artista Fleta solicitó una actuación para la inauguración del flamante Teatro Kursaal, el caché era de 11.000 pesetas. Por actuación en el Teatro Real de Madrid, y el artista pidió 25.000 pesetas pensando que evidentemente no podrían pagarlo y cuál fue la sorpresa que se pago la cantidad convenida y se agasajo al artista como nunca él se hubiera imaginado, y comenzó a tener una relación de admiración por Monóvar y su intensa vida cultural.
En 1924 Azorín, escribe “Una hora de España” y ya
prepara su obra “Doña Inés una historia de Amor” que se publicaría un año más tarde.
En 1924 había roldes literarios, grupos espiritistas, fotografía, pintura y música, y con respecto al vino contar que el 2 de Noviembre de dicho año se hizo la Asamblea general de Viticultores de Alicante, con el consiguiente banquete, siendo el germen de lo que posteriormente sería la Actual Denominación Protegida de Alicante.
En 1924 se comienza el que sería un año más tarde el Periodico Monóvero “Renovación” con los Redactores: José Alfonso Vidal, Vicente Ferris, José Capilla,Paquito Insa, A. Montoro, Vicente Peñataro, José Navarro. Un auténtico lujo.
Hoy 100 años más tarde y como escribió Azorín
VIVIR ES VER VOLVER; Es ver volver todo en un retorno perdurable, eterno; ver volver todo…..
“La existencia, ¿qué es sino un juego de nubes? Diríase que las nubes son «ideas que el viento ha condensado»; ellas se nos representan como un «traslado del insondable porvenir». «Vivir—escribe el poeta—es ver pasar.» Sí; vivir es ver pasar: ver pasar, allá en lo alto, las nubes. Mejor diríamos: vivir es ver volver. Es ver volver todo en un retorno perdurable, eterno; ver volver todo—angustia, alegrías, esperanzas—, como esas nubes que son siempre distintas y siempre las mismas, como esas nubes fugaces e inmutables.
Las nubes son la imagen del Tiempo. ¿Habrá sensación más trágica que aquella de quien sienta el Tiempo, la de quien vea ya en el presente el pasado y en el pasado lo por venir?”
Castilla 1912 Azorín
Vivir es ver volver, ver volver la intensa actividad cultural y la madurez de nuestra industria del vino que sigue viva y que invoco a seguir siendo referencia como capital del vino y de la cultura.
Ángel Luis Marcos Pavón Ortigosa
Bodegas Ortigosa.
Referencias; Archivo Municipal Monóvar- Alicia Cerdá.
Casa Museo Azorín (Fundación Mediterráneo)- Mercedes Beresaluce.
1 Bocoy es un tonel que suele tener una capacidad de 40 arrobas (650 litros)
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