En julio recibí un ejemplar de un libro valioso llamado Azorín y el Casino de Monóvar. Fue Paqui Limorti la que me lo hizo llegar, y vino acompañado de una cumplida revista de carácter bianual que edita la Asociación de Estudios Monoveros.

Tanto el libro como la revista los ha editado la citada asociación, pero en el caso del libro, han sido la propia Paqui Limorti Aracil como José Corbí Martínez los que han hecho esta fantástica compilación de escritos de Azorín en los que habla del magnífico Casino de Monóvar. Un trabajo exhaustivo, de bibliotecario, como se suele decir, y realizado con mucho amor. Y es que este 2023 se conmemora el ciento cincuenta aniversario del nacimiento de Azorín, que como bien manifiestan sus autores en las primeras páginas del libro «conmemora la ciudad», con objeto de huir de un impersonal «conmemora». Buen apunte.

La Presidenta del Casino, María de los Ángeles Padilla comenta que José Martínez Ruiz (Azorín), es la única persona que ostenta las distinciones de «socio honorario» desde 1907 y «Presidente de Honor» desde 1949.

Con este libro han querido dejar claro que Azorín amaba Monóvar, y mostraba un especial apego el Casino, cuya fundación se remonta a enero de 1880. Han sido varios avatares los que sufrió el magnífico edificio, e incluso estuvo a punto de ser devorado por las llamas, pero afortunadamente se salvó del fuego, y hoy día se puede disfrutar de su bellas instalaciones y jardines.

En uno de esos capítulos, nos enteramos por el mismo Azorín, que su padre, Isidro Martínez Soriano es uno de los fundadores del Casino, y que vendió por un precio muy ajustado los terrenos donde habría de edificarse el edificio y el jardín.


El libro destila cariño por el Casino, por sus tertulias, por los seres que lo pueblan, desgranando los diferentes caracteres de ciertos monoveros, haciendo de paso un estudio etnológico de la cultura del pueblo. Sus jardines simbolizaron un remanso de paz, la quietud y el sosiego al que regresaba Azorín siempre que podía.

La obra del fundador de la Generación del 98 es vasta, inabarcable e infinita (que diría Pepe Payá, q.e.p.d.).

En mi caso, se me ha hecho corto cada capítulo del libro, pero quizá sea el de «Un Transnochador» de los que más he disfrutado.

Todo lo que me llega de Monóvar lo siento cercano, y es que mi padre, Juan Arroyo García, fue Secretario de ese ayuntamiento. Alrededor del año 69, casualmente el año de mi nacimiento, mi padre se desplazó junto al alcalde, a Madrid, para inventariar y recoger algunos de los enseres con los que dotarían la futura Casa-Museo Azorín.

Monóvar tiene mucha suerte, ya no solo por ser la «patria chica» de Azorín, sino por tener una Asociación que se preocupa tanto por la cultura y por no dejar perder la esencia de su pueblo.

Nota: El Casino de Monóvar se encuentra en el Carrer Sant Joan nº13. Tfno: 96 547 00 90

Por Cristina Arroyo

Escritora. Autora de artículos turísticos. Autora de los libros "Los Vértices del Cariño", "Historias de un bar con música a menos tres escalones", y "La Senda del Camaleón". Editora de la novela histórica "Al-Azraq, el árabe". Presidenta de AAPET

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