Este pasado lunes fuimos invitados por Aprosaba – Asociación de Profesionales de Sala y Bar-, para degustar los vinos de Toni Beneito en el alicantino restaurante «La cuina de Nico». No es la primera vez que este restaurante del centro de Alicante, es el elegido para ofrecer este tipo de degustaciones al sector hostelero. Se encuentra en Pintor Lorenzo Casanova, nº5 y apuesta por los productos de km.0 y la cocina local. Además, la Cuina de Nico participa en los «Almuerzos con Aromas de Alicante«, una interesante inciativa que recupera el «esmorzar alacantí».
Pero en esta ocasión se trataba de conocer los productos que tiene que ofrecer la Bodega Toni Beneito. Así que Alison Lorente y yo, ambas miembros de AAPET, estuvimos en tan cuidada desgustación.
Toni es un ingeniero textil que ha hecho caso a la «llamada» del mundo del Vino, y lo que en un primer momento iba a ser la reconstrucción de la finca el “Cabeço” de Bocairent, la realidad se ha convertido en algo muy distinto, pues Toni ha decidido dedicarse en cuerpo y alma a la vid y a producir estos exquisitos vinos, aterciopelados y redondos, que llevan la esencia de la Serra Mariola.
El primer vino que degustamos fue un vino blanco llamado «Tortosí». Particularmente no había degustado este tipo de uva pero tuvimos la suerte de probar, aparte del vino, la uva en sí. El racimo de uvas pequeñas, dulces, pero no demasiado, resultó exquisito. El vino me sorprendió con un gran aroma frutal y una persistencia en boca, fresca pero consistente.
Después fue el turno de «Orange Wine». Un vino con mucha clase, que para nada parece blanco. La botella da buena cuenta de lo que hay dentro, y de que te vas a encontrar un vino elegante, envejecido sobre sus lías en el mismo foudre durante 12 meses, y que además ha permanecido un mes con sus pieles. El retrogusto, según mi percepción, tiene reminiscencias de bourbon americano. Desde luego es un vino que no deja indiferente.
En cuanto a los tintos, posee tres variedades. Comenzamos con el «BBM», que se compone de las variedades Bobal, Bonicaire y Monastrell. Este vino tinto tiene un 30% de bobal, un 50% de bonicaire y un 20% de monastrell. También tuvimos la oportunidad de probar la uva «bonicaire». Nos sorprendió su piel fina, que casi se fundía con la parte interna del grano.
A continuación fue el turno del «Cabernet Sauvignon» , un vino con una permanencia en barrica de roble francés de 8 meses. A mí me agradó bastante. Un sabor untuoso y un aroma suave a la vez que penetrante.
Por último el llamado «Bonicaire», con una crianza de 18 meses en foudre de roble francés, que resulta delicioso.
Todos los vinos de Toni están muy cuidados para que el roble no «empañe» el sabor de la uva, con un gran predominio de la fruta. Es por ello que saben «jugar» con el foudre de roble.
Además, Toni está haciendo resurgir tipos de uva autóctonas que estaban en desuso, como la Tortosí y la Bonicaire, pese a no dejar de lado totalmente otras variedades francesas, tal es el caso de la Cabernet Sauvignon. Algunos de sus viñedos son de secano, algo que hoy día, es bastante arriesgado.
No llega a dos años la andadura de esta bodega. Acaban de regresar de Tokio, y pronto se marcharán a Polonia y a Corea del Sur para dar a conocer sus vinos allende nuestras fronteras.
Las explicaciones a cargo del propio Toni Beneito y de su director comercial, Sergio Pereletegui, fueron de lo más instructivas. Destacar también la amabilidad de Alba, y del resto de personal de la bodega, y agradecimientos a Aprosaba y a la Cuina de Nico, por promover este tipo de acciones que redundan en nuestra cultura.
(c) texto: Cristina Arroyo
(c) fotos: Alison Lorente y Cristina Arroyo
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