El lunes pasado la AAPET estuvo en Monforte del Cid.
De la mano de uno de sus socios, Ángel L. Marcos, algunos de miembros de esta longeva asociación de la Costa Blanca pudimos disfrutar de los encantos de este municipio del Medio Vinalopó.
Nada más llegar nos inundó la tranquilidad de ser pueblo, caminando por callejuelas donde apenas oíamos los coches y sin embargo el piar de los pájaros estaba por todas partes.
En el Ayuntamiento, tras ser acogidos por la Alcaldesa, María Dolores Berenguer, por su Concejal de Cultura y Patrimonio, Juan Manuel Sabater, y por Pedro Mejías, su Técnico de turismo, iniciamos la andadura por el municipio.
El Ayuntamiento se encuentra en lo que antiguamente era la Lonja. Tras observar que el escudo conserva el toisón de oro, y enterarnos de que Monforte fue conocido como Nompot, nos dirigimos al Museo Íbero, y he de decir que sorprende que este pueblo del cual el padrón arroja la cifra de 7.500 habitantes, disponga de un museo tan innovador como este magnífico arqueológico, ubicado en una casa que perteneció a Bonifacio Amorós. Disfrutamos del lujo de que nos abrieran el museo a nosotros, pues los lunes suele estar cerrado. No se lo pierdan porque les sorprenderá.
Las obras expuestas son de dos yacimientos cercanos al municipio: el de Agualejas y el de Camino del Río. Resultan muy interesantes pero el toro íbero, magníficamente conservado, del s.VI al V a.C, destaca entre todas las piezas.
Al salir del museo, un agradable paseo a través del Arco de la Morería, que dividía la parte musulmana de la cristiana, la visita a la casa de San Pascual, donde vivió, y donde hoy día hay una pequeña capilla. Fueron muchas las anécdotas que nos contaron de San Pascual Baylón o Bailón (su apellido aparece escrito de las dos formas indistintamente). Se dice que realizó el milagro de la multiplicación de los panes, y también tenía el don de la adivinación. Luego seguiremos con San Pascual, pero ahora les cuento que fuimos a la Iglesia de la Inmaculada, del s.XVIII. Antiguamente era una fortaleza, y así se puede comprobar desde fuera viendo su fisonomía y recias paredes. Ya en el interior me sentí como en casa admirando dos magníficos cuadros del alicantino Gastón Castelló: a la derecha Jesús y San Juan Bautista y a la izquierda su famoso cuadro de las Almas. Nos cuentan que Monforte conserva, por suerte, un magnífico archivo, muy completo (lamentablemente en Alicante el archivo se quemó en 1691) y nos invitan a regresar un día para conocerlo.
La base de la economía de Monforte del Cid es el mármol y su uva de mesa embolsada con DO Uva de mesa del Vinalopó. Pero también tienen una pequeña industria de anís y licores porque ¿quién no ha oído hablar del Anís Paloma de Monforte? Pues efectivamente fuimos a visitar la famosa fábrica Anís Tenis; allí, muy amablemente, Jaime nos explicó cómo es hoy día el proceso de fabricación del anís, y toda la variedad de productos que fabrican, pues aunque el anís seco es el producto estrella, con el que hace la paloma (una parte de anís y tres de agua), tienen anís dulce, crema de café, licor de frambuesa, de mandarina, Herbero, Cantueso alicantino, Anís Tenis limón… En fin, nos dieron a probar los productos que fabrican y comercializan los 14 trabajadores que dispone la fábrica actualmente. Nos enteramos, gracias a los más longevos de nuestra asociación, y que también corroboró Jaime, que entró a trabajar en la fábrica hace 40 años, que el primer nombre que tuvo la fábrica fue “Anís Fénix” pero parece ser que la Unión y el Fénix no estaban muy de acuerdo y les hicieron cambiar el nombre, siendo el más parecido el de “Tenis”, que finalmente adoptaron, y así ha perdurado desde 1921, fecha de su fundación. Ahí es nada…
Pasamos un rato agradable inundados por ese olor a anís tan tradicional y que nos lleva a esas tardes refrescantes de verano, o al momento del aperitivo que nuestros abuelos no perdonaban. Anís paloma y agua fresca del botijo eran una mezcla inigualable…
Luego la comida, cerca de allí, en el Restaurante Asador Don Rodríguez, donde comimos un menú de tan solo 10 euros en el que incluía carne a la brasa a elegir. Y la verdad que fue un acierto porque comimos estupendamente.
Después nos dirigimos a Orito. Esta pedanía de Monforte se dispone a celebrar sus días grandes, conmemorando el día de San Pascual, el 17 de mayo. Subimos a la Cueva y la vista de las montañas alicantinas desde lo alto es una maravilla. Allí también nos da la bienvenida una magnífica escultura de San Pascual construida por Pilar Mir y Ruaja.
Además, entramos a la sala de velones y ofrendas, y a la pequeña cueva donde se dice que se le apareció Jesús a San Pascual, que por cierto era pastor.
Allí hay una señal del Camino de Santiago por el sureste, que ya saben que empieza en Alicante, concretamente en la Basílica de Santa María.
Una vez bajamos de nuevo a Orito fuimos al Santuario de San Pascual, donde conducidos por Francisco, nos estuvo mostrando el precioso templo. Nos quedamos admirados por las pinturas de las paredes, que existían ya a principios del s.XVII, y que fueron tapadas a finales del XIX para que no hubiera contagios. Debido a la desamortización de Mendizábal, en aquella época ya no había monjes en el Santuario. Pues bien, parte de esas pinturas e inscripciones han sido recuperadas y resultan de lo más curioso porque están ribeteadas por un membrete con las letras al revés. Sin embargo, en el claustro, las inscripciones ya están al derecho.
También pudimos admirar a la Virgen más pequeña de España, que se encuentra dentro de un corazón. Otra curiosidad más para visitar Monforte y su pedanía de Orito.
¿Han oído alguna vez que San Pascual Baylón les avisa de su muerte tocando tres veces a su puerta la noche antes?… Según nos contaron, solo avisa a quienes así se lo piden. Pero mi madre dice que avisa a quien le reza mucho y que por eso ella le reza lo justo. Así que ya lo saben. Extraigan sus propias conclusiones.
Autora: Cristina Arroyo – Presidenta de AAPET
[…] AAPET estuvo en Monforte del Cid y en Orito hace algunos años. Guardamos un memorable recuerdo de aquella visita, a la que acudió nuestro querido José Tomás Lozano y Mari Carmen Pérez, esposa de Mario Ayús. Están con nosotros siempre en el recuerdo. […]
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