inseparables en la Costa Blanca
Entre pinos, olivos y algarrobos (muchos, de más de cien años), junto al Mediterráneo, ésta ha sido la ubicación preciosa del Costa Blanca Wellness Festival; En esta fusión de tonalidades de azul y verde se encuentra el Hotel Denia Marriot La Sella Golf que ha abierto sus puertas de par en par para acoger esta jornada de actividades vinculadas al bienestar, el primer paso que nos acerca tanto a la buscada felicidad.


El alma mater que hilvana el proyecto
Mirena Ossorno y Alexandra Fullana son las cabezas pensantes que han ideado un programa de actividades deportivas combinadas con otras de formación y aprendizaje; Han sabido acoger aquella enseñanza del poeta Juvenal “mens sana in corpore sano”, que sigue plenamente vigente en nuestra era, el bienestar plasmado en esta visión conjunta: salud física y emocional.
Fue una jornada intensa que comenzó temprano con una clase de yoga.

A media tarde, con Sabrina Díaz Ibarra, los asistentes participaron en un workshop sobre liderazgo fundado en los cuatro elementos de la naturaleza (agua, aire, fuego y tierra). Esa sabiduría de la madre tierra que siempre nos debe guiar, hasta en los actos cotidianos y rutinarios. Cómo aplicarlas en nuestras conversaciones; Qué disposiciones son de gran ayuda (la apertura, flexibilidad…) y, qué cautelas son también necesarias en este necesario “fluir” pero, sin quedar diluidos. Aprendimos cómo poder ser buenos “lectores de los contextos” que a diario vivimos. La lectura también tuvo su cabida en la jornada: De la mano de la librería dianense “Publics” se organizó un rincón literario con una bibliografía vinculada a la temática de la felicidad y el bienestar.

De los monasterios a los dulces sueños
Con una mirada enfocada en el pasado, varios investigadores han descubierto la razón por la que los monasterios de distintas culturas elegían emplazamientos siempre junto a ríos, cascadas, en lo alto de montañas, próximos al mar, etc. Eran precisamente los componentes de esta pureza del aire (en especial, los iones) el dato crucial que les permitían gozar de tranquilidad y sosiego. Estas moléculas han servido para idear productos (entre ellos, “BIOW”) capaces de mejorar la calidad del aire y, con ello también, nuestro descanso.
Aquello que tanto ansiamos los adultos de “dormir como un bebé”, podemos retomarlo (ya no, evidentemente en cunas) y hacerlo posible en nuestras camas. En una amena conversación Marina Cerdá y el doctor Miguel Andrés (vinculado a la UCAM) explicaron las bondades de este producto enfocado en la medicina preventiva; También, cómo el rendimiento ya no tiene un único parámetro de medición, pues más allá del éxito hay otros logros que están basados en la tríada: alimentación, deporte y descanso. Y la necesidad de alejar la perniciosa “luz azul” de las pantallas del móvil antes de acostarnos.
La salud y, sus circunstancias

Con un guiño a Ortega y Gasset comenzó el segundo panel para reflexionar sobre cómo habitamos los espacios, es decir, la necesidad de cuidar también todo aquello que nos rodea y envuelve. Miriam Romero Siscar, vinculada al estudio de bioarquitectura Zeroplus, puso el foco en cómo un acto sencillo como comprar un mueble, puede ser dañino para nuestra salud (pe. materiales con lacas, etc.). Porque, paradójicamente, sí prestamos atención al aire que respiramos en nuestras ciudades, pero no al que nos rodea en el espacio más íntimo de nuestras casas (pe. alfombras; campos electromagnéticos, etc.). Lejos debe quedar ya la concepción (vinculada a la época del boom inmobiliario) de una vivienda como un producto financiero, porque seguramente pronto ya “miraremos las etiquetas” de una construcción más acorde con la salud. Quizás la “cédula de biohabitabilidad” quedará incorporada a las Licencias de Primera Ocupación para garantizar un sello de calidad de una arquitectura que no sólo nos da cobijo, sino que también nos cuida.
Atreverse, artesanía y actividad
Esta triple A fue la protagonista de la mesa redonda de emprendimiento ya casi al atardecer. Tres casos reales de éxito, pero de mucho trabajo también. Sus fundadoras Carla Carrió, Clara Verduch y Carla Bernabeu (La Carleta; Club Barre y Ké Water, respectivamente) están al frente de empresas, con ese sello de gran valía: el “hecho a mano”. Operan en el sector gastronómico (producto local de quesos pero sin ellos; Y de Kéfir de agua orgánico) y, de deporte “boutique” (combinando ballet con pilates). Tuvimos el lujo de una degustación con explicación por todas ellas de cada ingrediente.

Brunch a la fresca
Con esa caricia de aire suave que anticipa el otoño, al aire libre, a la sombra del palmeral que rodea la piscina, el hotel nos obsequió con un aperitivo-comida saludable de ensaladas, tapas, crepes (se escondía el verde en sus capas), tostas de pan de cristal con salmón, bolitas de remolacha con zanahoria, etc. Unos manjares de los que casi nadie se libró de no repetir más de uno.



La “pausa del guerrero”
Esta jornada de resetear las mentes; de activar los corazones; de conocer gente; de disfrutar del entorno; de descubrir cosas nuevas; hacer deporte; probar productos locales… es ese descanso necesario que prepara para volver a nuestras vidas con sabiduría y energía recuperadas. Este símil sirve para condensar esta completísima jornada de Bienestar en la Costa Blanca porque, qué gratificante es estar junto al mar, ¿verdad? Es pisar la arena y, ¡zas!, la sensación de felicidad aparece casi por arte de magia.
Les esperamos en la segunda edición del Costa Blanca Wellness Festival para que se descalcen y… ¡hagan la prueba!