Un libro escrito en el siglo XVII tiene tantísimo valor, que hoy podemos viajar con él y descubrir Ciudad Real. ¿Abrimos sus páginas? Es un recorrido repleto de andanzas y aventuras. La figura de su protagonista, D. Quijote, sigue desplegando su identidad tan singular por tierras manchegas. Concretamente, la Diputación de Ciudad Real se ha inspirado en ella para la campaña de promoción turística “Sabor Quijote”, que se asienta en cuatro pilares: naturaleza, patrimonio, cultura y gastronomía. Estos días ha sido la presentación de esta “ingeniosa” campaña turística en Murcia en un bellísimo el Cuartel de Artillería; Muy bien elegido este emplazamiento pues sabe también de batallas, como las del ingenioso hidalgo.

Todo se hizo con una escenografía espectacular: música en directo; piezas teatrales de la obra cervantina y la proyección de unos vídeos que daban a conocer todas las maravillas que esconde este destino. Así, por ejemplo, la plaza de Almagro (con adoquines de viejos volcanes); las Tablas de Daimiel (ese gigantesco humedal que emerge casi de forma mágica); O, los icónicos molinos de Consuegra sobre la colina que confundieron a D. Quijote y que mostró su osadía al luchar contra “gigantes”.

Y, hablando de gigantes, uno de ellos estuvo en la fiesta de presentación en Murcia; Hablamos de Jesús Quirós es el Maestro Chocolatero con el premio de ser el Mejor de España. Y, prueba de ello es que todos repetimos los bombones que había preparado ad hoc para la noche inspirados en los sabores y productos de la zona (miel, queso, vino…) con guiños a la obra literaria. Exquisito manjar.


La fiesta se desarrolló con una cena con un menú degustación elaborado con todos los productos de la tierra. “Comenzamos a comer con grandísimo gusto, saboreando cada bocado”. El queso manchego era uno de los grandes protagonistas. Probamos ensalada de codorniz, lomo de orza, tartaletas de tiznao, de pisto de asadillo de pimientos; cazuelas de migas del pastor y de sopa de ajo… Las piruletas de queso manchego con membrillo se derretían en la boca. Yo me acordé de Sancho Panza: lo que habría disfrutado con tantos ricos manjares. Los vinos, con su propia Denominación de Origen, con la famosa uva blanca Airén Y, como en la obra, todos los asistentes salimos con una bonita “alforja”: una bolsa con
recuerdos típicos de Ciudad Real. Y una “vasija”, en esta ocasión de cristal con el logotipo sellado de este bonito encuentro turístico-gastronómico.

Este famoso libro, tan repleto de enseñanzas humanas, con las vivencias de su singular protagonista, D. Quijote, están plenamente de actualidad. Este legado cultural se reaviva con el fin de promocionar una campaña turística. Enhorabuena por acercarnos a estas tierras de Ciudad Real que tanta historia conocen. Todos los viajeros que se animen a visitar estas poblaciones compartirán aquellas andaduras del protagonista en primera persona. Viajen, lean y aprendan, Ciudad Real está esperándoles.

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