Este fin de semana hemos vivido una de las experiencias más completas del enoturismo murciano: el Maratón Enoturístico de Yecla 2025, organizado por la Ruta del Vino de Yecla y el Ayuntamiento de Yecla, para celebrar el Día Mundial del Enoturismo.
Lo hicimos en autobús! desde la Bodega La Purísima, un recorrido cómodo y perfecto para disfrutar sin prisas del vino, la gastronomía y el paisaje.





La primera parada fue a las 10:00 h en Bodegas Barahonda, uno de los mayores emblemas del vino de Yecla. Allí comenzamos la jornada con un auténtico desayuno tradicional enológico: no solo deleitó el vino en la cata, sino también las tortas fritas típicas de Yecla del Bar Ideal, servidas con azúcar, anchoas, queso o jamón, una combinación sorprendente que refleja la identidad gastronómica local. Después, disfrutamos de la cata guiada de sus vinos y de la impresionante arquitectura de la bodega. Cerramos la visita con un sorteo de un desayuno para dos personas y una botella de vino.













A las 11:30 h llegamos en bus a Bodegas Evine, una bodega familiar llena de pasión y autenticidad. Allí nos recibieron con un delicioso picoteo de Carnicerías Carmelo Puche, perfecto para acompañar las catas de Bodegas Evine y Bodegas Castaño. Dos estilos y filosofías distintas que mostraron la riqueza vinícola de Yecla. El sorteo incluyó una tabla de embutidos y una botella de cada bodega.







La última parada, a las 12:30 h, fue en Bodegas Conde de Montornés, donde la tradición es protagonista. Además de catar sus vinos y los de Bodegas La Purísima, nos endulzaron el momento con los famosos Libricos de Yecla, el dulce más tradicional de la ciudad. Pudimos probarlos tanto de miel, su versión más clásica, como de chocolate, la favorita de muchos visitantes. Estos dulces, formados por finísimas capas de oblea rellenas, tienen una historia centenaria en Yecla y se han convertido en símbolo de su identidad gastronómica y festiva. Para culminar, participamos en el sorteo de un gran lote de productos de la Ruta del Vino de Yecla.

















Un día perfecto para comprender el vino de Yecla desde sus raíces y celebrar, copa en mano, todo lo que este territorio tiene que ofrecer.
