Si las ya lejanas Navidades trajeron la promesa de un viaje a Disneyland París, ahora que la primavera está a la vuelta de la esquina, se va acercando el momento de cumplir dicha promesa, pues ya sabemos que a los peques no se les olvida nada y menos un regalo de este calado… Viajar con niños y adolescentes nunca es fácil, lo sabemos, pero es absolutamente recomendable que salgan, aunque sea cerca, para que abran su mente. Los más pequeños tienen/deben viajar todo lo que, el bolsillo y las circunstancias permitan, pues cada salida al mundo es como una vuelta de tuerca en su aprendizaje a todos los niveles. Además, descubrirás que, en Disneyland París, los adultos casi disfrutan más que los niños, pues entrar en este mundo de fantasía, sin coches, sin semáforos, sin noticias del exterior y con una incesante música de fondo que casi hipnóticamente, te traslada a tu infancia, producen un efecto de ensoñación que será una” terapia de choque” para tu estrés.

Tanto por mi experiencia de muchos años como Agente de Viajes, como por mi “Modo Mami”, estoy en disposición de contaros algunas cosas útiles que espero os sirvan para facilitaros un poco la experiencia y sobre todo, para que se convierta en un recuerdo familiar inolvidable.

Primera y principal, para mí, la edad ideal para que los niños viajen a lugares como un parque Disney o similar, sería alrededor de los once años en adelante, por dos motivos: Por un lado, antes de cumplir los doce, pueden beneficiarse de descuentos que una vez que los cumplan, por regla general, ya no son aplicables . Por otro, antes de los once años, sus recuerdos serán muy vagos y en poco tiempo se desvanecerán esos momentos tan especiales. Teniendo en cuenta que para muchos padres un viaje como este puede suponer un esfuerzo económico y laboral muy importante, vale la pena sacarle el mayor jugo posible y que no sea un espejismo una vez pasado el tiempo.

Las “pantallas” ya sabemos que formarán parte sí o sí del equipaje, pero si se saben manejar los tiempos y además se tiene instalada una app de control parental, pueden ser un buen aliado en tiempos muertos como las esperas en aeropuertos, estaciones, etc…

Si no se dispone de mucho tiempo, lo mejor es sólo centrarse en el Parque y en otra ocasión ya se podrá visitar la ciudad de París y alrededores. Para visitar bien el parque, se necesitan al menos tres noches, cuatro días y para visitar la ciudad, el límite está sólo en tu presupuesto y en el número de días libres de que dispongas, pues París tiene tanto que ofrecer, que los días de estancia, los marcas tú.

Pero, volviendo al viaje con niños, si se hace combinado Parque y ciudad, lo mejor es visitar primero la capital por varios motivos:

Los “jóvenes viajeros” están más que impacientes por ir a Disney, así que, si se visita primero, será muy difícil “arrancarlos” del parque para “arrastrarlos hasta París, lo que a todas luces les parecerá casi “una tragedia griega”, a pesar de ser una de las más bellas ciudades del mundo. Por ese motivo, lo mejor que podéis hacer es un combinado de ciudad primero y parque después. De este modo, estarán con el “gusanillo” de que lo mejor viene al final y se mantendrán alerta durante los días que dediquéis a recorrer la “ciudad de la luz”. Pero como eso no será suficiente, debéis hacer que estos primeros días, sean también inolvidables. ¿De qué modo? Pues muy sencillo, llevadles a los puntos más impactantes para su edad como la Torre Eiffel , el paseo en los famosos Bateaux Mouche por el río Sena, subir a Montmârtre en el pequeño funicular y dirigirse directamente a que les hagan una caricatura alguno de los artistas callejeros. Como colofón, entrar por la pirámide de cristal al Museo del Louvre y visitad única y exclusivamente las salas dedicadas al antiguo Egipto y otras que les sean familiares como, por ejemplo, la sala de los Estados donde se encuentra la Gioconda de Leonardo da Vinci. Si además sois un poco “teatreros” adornarlo con un “halo de misterio”, contadles que robaron el cuadro y todas las anécdotas que encontréis sobre el museo, lo que os ayudará “muy mucho” a mantener su interés y a disfrutar viendo como sus ojos se abren como platos ante estos tesoros de la antigüedad. También les impactará la gran escalinata Daru donde se encuentra la imponente Victoria de Samotracia. Recordad que es muy cómodo aprovechar las zonas de restauración dentro de los museos. Suele haber una oferta variada y más tranquila y “controlada” cuando se viaja con menores.

Imagen Pixabay.com

Os podéis mover fácilmente en metro, lo cual también les impresionará pues el ambiente en las estaciones parisinas es variopinto y algunas son verdaderas joyas como podéis ver en este enlace . Existen descuentos familiares y bonos para varios viajes que son muy sencillos de usar. Además, en París siempre hay actividades y exposiciones dedicadas al público infantil que pueden suponer otro aliciente. Podéis consultar la guía completa aquí .

Y…llegó el gran día de trasladarse a Disneyland París. Tenéis varias posibilidades de traslado al parque que dista unos cuarenta kilómetros, en el distrito de Marne-la-Vallée, una zona preciosa entre bosques. Las principales son, por ejemplo, un transfer contratado previamente con un turoperador local bien desde España o bien se puede hacer una vez allí. Yo aconsejo cerrarlo previamente. Esta opción puede ser un poquito más cara, pero tiene ventajas más que interesantes como la rapidez (El trayecto puede durar unos cincuenta minutos), la tranquilidad de no tener que preocuparse más que de estar en el punto de recogida a la hora indicada, así como la comodidad de que te van a dejar en la misma puerta de tu hotel, lo que, viajando con menores, para mí es lo más recomendable. Pero si sois de los que preferís ahorrar todo lo posible, os gusta el tren y estáis acostumbrados a moveros por el mundo, esta alternativa también resulta muy agradable, aunque la duración del trayecto es de casi dos horas. Muchas veces, los trenes van “ataviados” con señales fácilmente identificables como “las orejitas de Mickey” o el tema de la temporada introducido por los personajes más emblemáticos. También es importante saber que el tren llega hasta la misma entrada del parque, lo cual es perfecto cuando simplemente se trata de una excursión de día sin hacer noche en Disney, pero si vas a disfrutar de una estancia de varias noches, una vez llegas a destino, hay que trasladarse al hotel. Si has elegido uno de los situados junto al parque, simplemente tendrás que atravesar el “Disney Village” (Zona comercial de ocio y restauración) y a continuación un agradable paseo alrededor del lago central hasta llegar a la recepción de tu hotel. Pero si habéis reservado en uno de los establecimientos de los alrededores, tendréis que tomar uno de los autobuses que hacen este enlace. Suelen tener mucha frecuencia de paso, por lo que no suele ser muy pesado y son muy fácilmente identificables. Tened también en cuenta que algunas estaciones pueden tener problemas temporales de accesibilidad, por lo que es importante consultar los puntos de información antes de la salida.

En cuanto a fechas, procurad evitar fines de semana y festivos. Disfrutaréis más de todo lo que el parque ofrece si viajáis en temporada baja pues, aunque siempre está muy concurrido, en fechas especiales las esperas duplican sus tiempos. Además, la decoración y eventos especiales como Halloween, Navidad etc… se inauguran con mucha antelación, por lo que no hace falta viajar en días punta. En cualquier caso, la “regla de oro” es madrugar un poco. Tened en cuenta que, en la actualidad, hay que pasar por diferentes controles de seguridad que ralentizan la entrada, por lo que hay que contar con esta demora, pero si os levantáis a buena hora, lo agradeceréis mucho, porque temprano las esperas son infinitamente más cortas que en las horas centrales del día, tanto en los accesos como en las atracciones. También está la opción de tener acceso prioritario con la “Disney Premier Access”, pero atención, tiene disponibilidad limitada, te da acceso rápido a la atracción que hayas elegido, pero no garantiza un acceso inmediato.

Planificad cada día la parte que queréis visitar. Al hacer el check-in en el hotel, os entregarán un dossier con información actualizada al momento. En este link tenéis el plano : Aunque con los peques ya se sabe que los planes muchas veces “vuelan por los aires”, si os organizáis bien, le sacaréis todo el jugo al viaje. Aunque es del todo imprescindible, como punto de partida, visitar el Castillo de la Bella durmiente y a continuación, ir conociendo las cinco “Tierras Mágicas” , así como el “Walt Disney Studios Park” Además, una buena idea es volver a descansar un rato al hotel después de comer y volver a media tarde para dar otra vuelta y situarse en primera fila en los puntos marcados por donde pasará la  Cabalgata y por supuesto quedarse hasta el cierre para contemplar el increíble espectáculo nocturno “Disney Dreams”, una explosión de sensaciones que os dejará boquiabiertos.

El parque es una ciudad de fantasía, pero está equipada con todos los servicios que los visitantes puedan necesitar. Hay puntos de información repartidos por todo el recinto. Diariamente, una legión de proveedores, se encarga de llevar todo lo necesario a través de accesos con entradas “estratégicamente” ocultas para que nada distorsione la Magia del parque.

En cuanto a la restauración, os aconsejo contratar pensión completa con la opción de comer y cenar en diferentes hoteles y restaurantes. En la web del parque encontraréis todas las opciones. Es importante reservar desde España cada comida porque las plazas son limitadas y si una vez allí queréis hacer algún cambio, el personal de recepción de vuestro hotel, os hará la gestión o bien os facilitará el número o la app donde podéis efectuar dichas modificaciones. Hay restaurantes de todo tipo, desde hamburgueserías al más puro estilo Country, hasta temáticos como por ejemplo el de Cenicienta, Ratatouille o los Piratas del Caribe donde los menús también están cuidadosamente pensados y elaborados con la misma temática, por ejemplo, podéis pediros de postre el “zapatito de Cenicienta hecho de chocolate” o un “Menú caribeño” estilo Pirata del Caribe… Todos ellos tienen un encanto especial pues muchas veces están situados dentro de la misma atracción, aunque la mayoría tiene acceso independiente.

También es muy divertido reservar en alguno de los hoteles del parque, pues están tematizados, así como sus menús. Si os fijáis, todo el staff lleva unas banderitas en su uniforme, con los idiomas que habla, por lo que, si no estáis “muy duchos” en francés o inglés, siempre encontraréis una persona en el staff que os podrá atender en castellano. En cuanto a esto, os aconsejo que, aunque os dé “vergüencita” hablar en inglés o francés porque vuestro nivel no es muy alto o, simplemente porque os entra el “miedo escénico”, de verdad, haced el esfuerzo y aunque sea sólo un simple Merci o Thankyou, será un alivio para la persona que os está atendiendo. Por desgracia aún hay de esos que se encaran con el personal del parque porque no todos hablan español y se crean situaciones tensas que no se debieran producir y menos delante de los peques. Un truco que nunca falla, es pedir a los niños que os hagan de intérpretes, lo que les hará mucha ilusión teniendo en cuenta que para ellos puede suponer “sentirse importantes” …

En todos los hoteles hay un “photocall” para hacerse fotos con los personajes Disney que suelen aparecer a la hora del desayuno, otro motivo para bajar pronto a desayunar. Tened en cuenta que los personajes no hablan. Es una cuestión de “ilusión infantil”. Me explico, si los peques están acostumbrados a ver los dibujos y las películas Disney en su idioma, por ejemplo, en español, cuando llegan al parque, si lo escuchan hablar en otro idioma, les podría suponer un “shock” que puede defraudarles y no querer ya ni verlos, así que es mucho mejor que la mímica hable por sí sola. Ah y los mayores también pueden hacerse una foto con ellos. Ya veréis qué divertido…

El parque está más que preparado para atender a las personas con necesidades especiales, desde prioridad en los accesos, como descuentos especiales. En otro de mis artículos, ya hablé de la accesibilidad en aeropuertos y estaciones de tren pero si viaja una persona con algún tipo de discapacidad, hay que indicarlo a la hora de hacer la reserva y una vez allí, en la misma recepción del hotel, os entregarán una tarjeta donde se indica el tipo de necesidad especial. Esta tarjeta da acceso prioritario (pero no inmediato) a los visitantes con una prueba oficial de discapacidad aceptada en el parque y además sirve de guía al personal de control de acceso a cada atracción para indicarles la forma más adecuada de disfrutarla. Yo os aconsejo llevar una funda transparente con cordón para llevar colgada del cuello y meter ahí la tarjeta para una rápida identificación donde sea necesaria su presentación. Por regla general, los visitantes suelen ser muy respetuosos con las personas con discapacidad. Incluso aquellos que han pagado la tarjeta “Disney Premier Access”, para acceder desde una cola restringida, deben ceder el paso a los portadores de tarjeta de discapacidad, lo cual se hace con toda naturalidad y respeto como, dicho sea de paso, debería ser en cualquier país civilizado.

Imagen https://www.disneylandparis.com

En cuanto a las compras, es tal el “bombardeo” de artículos repartidos por todo el recinto que, continuamente les va a ir “entrando por los ojos”. Yo os recomiendo que dejéis las compras para el camino del parque hacia el hotel, en el Disney Village. Por un lado, el cansancio les hará “reducir” los caprichos y por otro, al ir ya camino al hotel, podéis dejarlo en la habitación antes de ir a cenar y no “cargar” con los paquetes durante todo el día aunque a la entrada del parque, hay unas oficinas de información que también sirven de “punto de recogida de las compras” que se han ido haciendo durante el día, lo cual es muy práctico para no tener que cargar con las bolsas. También en algunas tiendas os darán la opción de llevaros las compras a vuestro hotel.

Preparad el equipaje la víspera de la salida para evitar cualquier imprevisto, pues cuando se viaja en familia las maletas no son como las de Mary Poppins en las que cabe todo sino todo lo contrario…os aconsejo que llevéis de casa una bolsa plegada, vacía y con capacidad, para meter a la vuelta todo lo que “misteriosamente” os impide cerrar la maleta…y como en París siempre hay que llevar una prenda de abrigo , os aconsejo también llevar alguna mochila ligera para meterlas y así poder tener las manos libres. En la mayoría de tiendas oficiales del parque, venden unas súper prácticas que son plegables y están bien de precio.

Básicamente esto es lo que os “hará sobrevivir” a la experiencia. Pero mi consejo más valioso es que durante esos días os olvidéis de todo y os centréis en hacer que los pequeños y adolescentes de la casa disfruten como nunca. Ya veréis como la “Magia” os envuelve también a vosotros haciendo que las músicas del parque vayan tintineando en vuestra cabeza sin parar… Vale mucho la pena, ya veréis y recordad : La Magia continúa y se reinventa para que muy pronto queráis volver.

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